La creencia de la brujería es común en numerosas culturas,
la griega y la romana creían en la magia y distinguían entre la magia benéfica
(permitida y aceptada) y la maléfica. Los textos clásicos nos hablan de
hechiceras que tenían la capacidad de transformarse en animales y que se
reunían de noche invocando a sus diosas y ejecutaban conjuros maléficos.
En la Edad Media se las relaciona con el diablo, fue entonces cuando se relacionó el gato con
las brujas, en la creencia de que eran sus ayudantes.
Es en esta época
cuando surge lo que se llamó “Caza de brujas” persecución masiva que responde al
criterio extendido entre juristas y teólogos de la época, de la existencia de
una conspiración del demonio para acabar con la cristiandad.